Y que los años me perdonen si me olvido de su olvido, pues en cuestiones de destino cada uno elige su camino..
¿Cómo se me puede ocurrir a veces abandonar la consciencia y darle paso a uno de los mayores pecados capitales? La mentira. La mentira recurre a mí. El desasosiego, la angustia de haberle perdido. Que cada uno sigue su camino, que debo aceptarlo, que no debo recurrir al pasado, pues siempre hace daño.
Y sin embargo, aún recuerdo su aroma, ese que invadía mi cielo una y otra vez. Aún recuerdo sus palabras que se jactaban de cada resquicio de mi ser.
Recuerdo que le quise, tal vez le quiero todavía. Cada uno sigue su camino.
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