Lo esencial es adaptarse. Ya sé que a esta edad es difícil. Casi imposible.
Y sin embargo, después de todo, mi exilio es mío. No todos tienen un exilio propio.
Yo diría que hay que empezar a apoderarse de las calles. De las esquinas, del cielo, de los cafés, del sol, lo que es más importante, de la sombra.
Cuando uno llega a percibir que una calle no le es extranjera, sólo entonces la calle deja de mirarlo a uno como a un extraño.
Y así con todo...
-Mario Benedetti
No hay comentarios:
Publicar un comentario