Su sonrisa y su manera de reír, su desorganización, la forma en la que me mira, su calma, (a veces) su chulería, su orgullo, sus besos, su modo de sacarme de quicio, su voz al otro lado del teléfono, sus caricias, su forma de ser, su tozudez, sus abrazos, su olor, su pasta con forma de corazón, sus miedos, su memoria, sus lágrimas, su firmeza, sus mensajes, su capacidad para olvidar y mirar hacia adelante, sus arrebatos de romanticismo, sus despertares, sus detalles, su paciencia conmigo..
Son aspectos de él que no cambiaría por nada , que me hacen vivir, me complementan y son todo para mí.
Él es el motivo por el que nada se termina.
Porque un día llegaste, y desde entonces no te has separado de mí ni un sólo segundo, porque todo lo que nos queda por vivir no tiene fecha de caducidad.
Felices 18, mi amor. Te quiero, te quiero, te quiero!
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