sábado, 3 de marzo de 2012

Diario de una vida en Madrid. 11. Retiro espiritual (2)

Un rayo de sol que ilumina mi vida. Siento calor. Me abraza y me da vida.

Silencio. Aire fresco, aire nuevo. Aire portado en pequeños frascos.

¿Qué es lo que soy y qué es lo que quiero ser?

Soy impaciente, orgullosa y hasta cabezota. El pasado está presente en mí constantemente. Me gusta querer ser mejor aunque llegue al punto de dolerme la cabeza.

Me encantan la Fanta de naranja y las mandarinas. Y un buen cielo nublado… Sin embargo, ahora está despejado, completamente despejado, pero no me importa. Me gusta porque es cuando sé que “tras la tormenta, llega la calma” y que “no hay que huir de la lluvia, sino saber bailar bajo ella”.

Soy egoísta con mi futuro y de nadie más. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer o que sepan más que yo. Pero me gusta aprender de los demás. Soy una eterna contradicción…

Quiero seguir teniendo mi vida y mis propias alas para desplegarlas cuando yo quiera. Quiero ser mejor persona y ayudar a los demás sin que me engañen. Quiero ser reportera de una guerra constante en mi vida… y ser mejor.

Quiero viajar, quiero seguir soñando y nunca crecer. Sacar de mí a la eterna adolescente que me impide ser mayor.

Quiero seguir creyendo eternamente en Él y no dejarle de lado… porque yo no sé dar de lado a los míos.

Quiero llegar a ser tan buena madre como la mía, tener mis principios y nunca moverlos.

Pero, sobre todo, quiero disfrutar de cada pequeño momento que ahor no tengo porque no soy consciente de ello.

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