lunes, 10 de diciembre de 2012

No hace mucho tiempo...


En realidad, yo ahora debería estar estudiando y puede que me exceda más de cinco minutos escribiendo esto, pero hay personas que se merecen más tiempo que 3.000 segundos. Ella es una de esas.


Esta es la persona que ha compartido más momentos de mi vida conmigo. No me acuerdo exactamente de cómo nos conocimos, pero sí me acuerdo de todos y cada uno de los momentos que hemos vivido juntas.




Hace dieciséis años la conocí. Por entonces, tenía el pelo que le rozaba el hombro y llevaba flequillo. En la lista de clase, ella iba detrás de mí. No sé cómo fue, pero nos hicimos inseparables. Éramos pequeñas, muy pequeñas, pero cada recuerdo que se agolpa en mi mente sobre esos momentos juntas, es como si lo estuviera viviendo ahora, desde la misma perspectiva, sin que nada haya cambiado. Ella era como si fuera una mitad de mi cuerpo, una extensión del mismo. Era como esa mano que me ayudaba a levantarme cuando me caía en la arena del patio, como esa pierna que me ayudaba a correr cuando los chicos jugaban a perseguirnos, como esa oreja que escuchaba atentamente, como esa mitad de la boca que se reía con cada tontería… Y como esa mitad que le faltaba a mi corazón para saber que si ella se iba, perdía una parte de mí. Era eso que, comúnmente, todo el mundo llama “mejor amigo”.

A lo largo de mi vida he tenido muchas “mejores amigas”. Cada una ha sido totalmente distinta, me ha aportado sentimientos y sensaciones diferentes. Sin embargo, con ninguna he sentido esa sensación de vacío al darme cuenta de que está a kilómetros de mí. Ni tan siquiera estábamos lejos cuando nos cambiamos de colegio. Las cartas eran nuestro medio para comunicarnos. Las tonterías más variadas se pueden hallar en ellas pero tonterías que, al fin y al cabo, unen. Por aquel entonces (y de eso hace mucho tiempo), éramos “Pisaloquesigue” y “Pisoloquesigue”… y ahora nos reímos de “aquellos años locos”. Nos reímos de cuando nos peleábamos por saber cuál de nosotras acabaría con Bustamante, de cuando jugábamos a que teníamos aparato, de cuando no nos gustaba llevar “top” y nos sentíamos rebeldes, de cuando nos creíamos las “guays”… Y, a pesar del tiempo, nos seguimos riendo ahora por distintas cosas.

El tiempo pasó. Crecimos indistintamente en colegios diferentes, nuestros círculos no eran los mismos. A veces, nos encontrábamos y era un “hola, ¿qué tal? ¡Cuánto tiempo!” muy triste… Por entonces, yo recordaba todo lo que habíamos sido y me daba cuenta de que el tiempo es traicionero. Un día estás en lo más alto y, al día siguiente, caes precipitadamente al vacío. Y eso había pasado con nuestra amistad. Momentos importantes de la adolescencia no los vivimos juntas. El tiempo nos había separado sin nosotras darnos cuenta. Cada una tenía una rutina distinta, un físico distinto, modos diferentes de ver la vida  y distintos objetivos.

Un día, la vida nos quiso volver a juntar. No fue hace mucho de aquello. A un tímido “hola” le sucedieron muchas palabras. Ahora yo tenía que sacar, casi con pala, lo que ella sentía, lo que había vivido en tantos años separadas. Me costaba que me contase las cosas, pero yo quería que ella volviese a ser una parte de mí. Me emocionaba la idea de que otra vez volviésemos a compartir aventuras. Seguía siendo distinto, pero me importaba mucho. Era verla y, en realidad, ver otra vez a aquella niña con la que tantas aventuras había compartido. Lo intenté durante muchos meses volver a ganarme su confianza, su cariño. Y, en efecto, no me confundía: en realidad nunca se habían ido esos sentimientos de su corazón.


Volvimos a ser las de antes. Mayores, pero las de antes. Habíamos cambiado mucho, la vida nos había transformado. Ya no éramos Pisaloquesigue y Pisoloquesigue. Ahora éramos Little S y Little C. La vida nos volvió a dar otra oportunidad. Gracias.

El tiempo pasa, cambia a la gente, la transforma, la aparta, la hace cambiar su punto de vista, la hace más dura la mirada… Pero, a pesar de todo, a pesar de lo perdido, de todo lo vivido… El tiempo da segundas oportunidades.
Otra vez dos caminos distintos. Ahora, caminos separados por miles de kilómetros. Pero esta vez no va a pasar, no volverá a pasar. Somos adultas, ya no somos unas niñas (aunque de corazón, sí). Las segundas partes no tienen por qué ser siempre malas. No tiene por qué existir una tercera parte, la segunda no se ha ido.


GRACIAS por cada momento juntas. GRACIAS por las cosas que me has enseñado. GRACIAS por hacerme ver lo que es luchar por la amistad. GRACIAS por todas nuestras risas. GRACIAS por las sonrisas que me has sacado. GRACIAS por darme fuerza cuando tú no tenías. GRACIAS por hacerme ver lo mejor de mí. GRACIAS por defenderme hasta el final. GRACIAS por seguir siendo como eres, sin cambiar. GRACIAS por hacerme ver que no todo es ni blanco ni gris, que hay intermedios. GRACIAS por decirme las cosas como son, tal cual son. GRACIAS por seguir teniendo el espíritu que hace muchos años hizo que nos volviéramos inseparables. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS… Son pocos GRACIAS para los que te mereces.

GRACIAS, AMIGA.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Diario de una vida en Madrid 16. Monstruos de Madrid



Son sombras que muchas veces me persiguen, ahora me ahogan, no puedo respirar. Mis ojos se contienen, lloran desesperanza. Volver a la rutina, a ver que esto no debería ser así. Buscar la felicidad. Mirar alrededor y no encontrar más que espejismos. Me miran, aparto la mirada, me siguen mirando. El corazón me late cada vez mas rápido, no puedo, insisten, se abalanzan sobre mí, vuelan sobre el aire caliente, sobre este terrible hedor de marea humana. No llego, no insisto, no quiero seguir aquí. Quiero huir.
No me importa mojarme y menos la maleta. Que se empapen mis ideas y caigan al suelo, sucias, desteñidas.
Seguramente me verán como un fantasma de imagen difusa. No importa, yo me sigo mojando bajo el cielo de Madrid.
Y esta calle es subir, subir y seguir subiendo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Espejismos

¿Ves esa chica que camina dando la vuelta a la esquina? Es aquella que triste se fue, tarde fue su despedida.

Me la encontraba cada día y cada día era un sinfín de despedidas. Cada noche yo acudía en su búsqueda si me llamaba. Nunca la vi sonreír, quizá yo tampoco la hacía muy feliz. Me contaba lo mucho que echaba de menos su pelo, su boca y su almohada. Tampoco esperaba mucho de esa persona que un día la dejó abandonada.

“Pobre chica”, me decía. Y en mi mente solo se agolpaban imágenes de tu recuerdo, de tu huída. Sin mirarme a los ojos, sin una palabra, lo dijiste todo. Te abalanzaste sobre el viento procurando ser sincero mas solo una palabra dijo que ya era suficiente. “¡Para!”. Otra vez vienen a mi mente tus ojos que cada tarde me ponían tan nerviosa que yo miraba al suelo. O al cielo. Recuerdo lo que era aquello. Tocar tu pelo es estar como en el cielo. Y tras él, vino el infierno. El infierno de no volver a verte, de quizá en cuatro años. De catorce días invisibles, imposibles al recuerdo.

En ese momento, mi espalda crujía, mis músculos se tensaban y yo no podía dormir. Echaba de menos tu cama, tu espalda que me protegía. Tan solo pensaba en el poder y no querer. En la estela de promesas rotas. ¿Tal vez? Tal vez no fue querer, fue pretender hacer del mundo un lugar posible para ser capaces. Hábiles, eternos frente al viento. Indestructibles, soportando cada tempestad, cada mala palabra que de mi boca salía.

Ahora veo a esa chica frente a mí, trata de sonreír bajo el disfraz de eterna melancólica. Ahora, con los ojos entrecerrados, veo su recuerdo porque está tatuado en mi piel. Solamente abro los ojos y me veo a mí. Esa soy yo... frente a un espejo.

¿Tarde para qué?

Nunca es tarde, o eso creemos. O, tal vez, eso nos decimos.
Pensamos que un día todo cambiará y, sin embargo, lo único que cambia es el tiempo. El tiempo en el que nos movemos, el tiempo en el que las nubes se van y dejan salir al sol.

Aquí siempre está lloviendo. No sé si es por sistema o tal vez por falta de sutileza en los actos de los que no soy capaz. De girar la cabeza atrás, de ver ese tiempo pasado que, seguramente, un día será demasiado recíproco para que nos veamos envueltos en él.

La vida. Ese girar constante. De experiencias, de magnitud cero, de vueltas y vueltas en una noria como si de un rompecabezas se tratara.
Otra vez esa ventana, esas vistas a la gran ciudad, del mundo paralelo al que estamos sometidos. Otra vez ese ajetreo constante que para mí no es otro que tranquilidad. Paz. De ideas difusas o más bien confusas. De histeria, de gritos ahí afuera. De pitillos ajustados, de cigarros ml apagados. Y el cenicero se llena, se sigue llenando. Más. Y parece que rebosa, que va a reventar de silbidos varios, de angustias encerradas en un cuerpo del que no sale.

Perder las ganas, el miedo, la tristeza, la melancolía. Sacar a flote la alegría y poder gritar que ya eres libre. Libre para decidir con qué acabar, cómo terminar. Terminar en exceso, en silencio y en reposo, con mil corazones rotos. Con mis sentimientos ahí fuera, volando de gota en gota, de pared contra pared, de sillón frente a sillón.

Dejar ir. Estar. Ser o no ser. Creer, apostar, ganar, luchar. Y otra vez vuelta a empezar. Las cientos de excusas que se han quedado en el camino, las miles de promesas que nunca nos concedimos. El instante en el que fuimos capaces de ser todo. Y esto… esto tan solo son cuatro palabras.

miércoles, 13 de junio de 2012

No estoy aquí porque huyo

Es un día raro. No como aquellos que me gustan. Un cielo ruin, lluvioso y con ruido. Mucho ruido. En mi cabeza, en las pisadas de este cuerpo recorriendo la casa. No trato de hacer una mera descripción de cuatro o cinco fotografías que tengo sobre mi mano porque roza ya lo absurdo.
Dije que volvería y aquí estoy. No encuentro mis lápices de colores y, quizá, tampoco esa barra de labios rosa que tanto me gustaba. ¡Ah, si, claro! La perdí aquel día en la discoteca. Esa noche en la que el alcohol fue mi único amigo cuando en realidad necesitaba cuatro besos y recibí catorce tragos amargos de algún tipo de bebida mala de marca blanca de supermercado.
Invierno. Ya pasó, y la primavera está llegando a su fin. He aprendido a ser mejor. Mido lo mismo que hace un año pero como persona he crecido. No trato de explicar todo lo malo que he vivido ni tampoco lo bueno que he experimentado. "¡Qué de bobadas juntas!", me digo. Otra vez estas frases sin sentido. Pero, lo siento, no lo puedo evitar. "no soy tú, sino yo". No puedo evitar recordar los trazos de un pasado de doscientos y pico días de lluvia y sol.
Quizá todo sería más fácil si ahora mismo estuviera caminando por la playa y la arena acariciase mis pies. Con el mar en los talones, escribí sobre ese lienzo un gran "te quiero" dibujado. No sirvió de nada. Se lo llevó la marea, como siempre. Lo borró el agua cristalina de las olas. No me importa, fotografié ese momento, ese lugar. Traté de que fuera eterno y, sin embargo, ya no sigue ahí. Simplemente queda el eterno recuerdo de mis pisadas, de mis dedos esbozando palabras.
Junio, frío junio de un año equivocado. No debí haber venido hasta aquí. Ahora, como siempre, huyo. "¡Vaya!-pienso- Por fin huimos los dos de lo mismo". Huimos del atardecer eterno en medio de un patio silencioso, de las tardes de jardín mientras el viento resopla en nuestras nucas, de los paseos que no llevan a ninguna parte. Huimos de todo, de nada. En realidad, huyo de ti y tú huyes de mí.

sábado, 28 de abril de 2012

Diario de una vida en Madrid. Excusas

Con cuántas personas me cruzo sin saber quiénes son. Los coches inquietos, las luces de los semáforos que no paran de parpadear.
¿Y si con una de estas personas estoy destinada a ser feliz, a hacerme un hueco aún mas grande en esta eterna ciudad?
Personas que tienen prisa, que la lluvia arruina sus planes y a mi me los embellece.
Otra parada de metro, pero esta vez no voy por el subsuelo. Voy pisando la tierra firme.
Calle virtudes. Las virtudes que cada persona deberia resaltar en sí misma, porque todos, aunque solo sepamos contar nuestros defectos, tenemos cientos de virtudes.
Otra vendedora ambulante que me para para que compre su periódico. "Lo siento, tengo prisa", le respondo. Para mí es solo otra de mis excusas, para ella es la excusa de siempre.
Camino por esta gran calle hacia abajo, es grande. Grande y espaciosa, no como en mi ciudad.
Adorar esta ciudad es poco, cada uno de sus movimientos, de sus bancos estáticos, de las personas que corren de un lado a otro sin saber a dónde van..adoro esta ciudad.
Aquí no tengo recuerdos pasados, solo recuerdos presentes.
Estoy llegando a mi destino pero no me quiero detener. Quiero seguir por estas calles y seguir conociendo la ciudad donde se cumplen todos mis sueños.
He conseguido poco a poco hacer esa canción mía, la que tantas veces pensé que no conseguía. Ya es mía.
Decido seguir a alguien, sus pasos, observar. En el semáforo me coloco a su lado y miro hacia otra parte.

jueves, 5 de abril de 2012

Que llueva mucho

Aún sigo siendo de las que cree que la lluvia es solo un pretexto para permanecer más tiempo anhelando el beso de quien va a tu lado. Una excusa para sentir su piel más cerca.
La lluvia es el motivo perfecto. Que llueva.

Viernes de dolor: 30 de Marzo de 2012

Creí que sería distinto cuando te volviera a ver. Sin embargo, fuiste uno más. Fuiste uno más de aquellos que anhelaban mi ser, que creían profundamente en mí, que adoraban aquello que creían ver.
Y estabas frente a mí. Te sonreí e hiciste como que no me habías visto hasta ese momento. Nuestras mejillas se rozaron procurando no traspasar ningún límite. Todo había cambiado.
Habían pasado cinco meses desde aquel adiós y solo dos desde aquel tortazo que nos dimos contra la pared.
Era de noche, hacía frío, pero no tanto como nuestros sentimientos. Frío. No podía volver a sentir calor si me hablaban de ti.
Las lágrimas se abalanzaron sobre mi cara y no me dejaban respirar. Me encharcaron el corazón de agua y dolor por saber que tú no estás.
Estaba frente a un desconocido, frente a alguien que no eras tú. Te dije las cuatro palabras más tontas procurando oír la ansiada respuesta, "¿qué tal te va?". Y otra vez mis oídos oían respuestas que no querían, así que decidieron no escuchar.
Te diste la vuelta y yo caminé hacia el frente procurando no volver a verte. Tú caminabas hacia atrás y yo hacia delante. Cuántas cosas habían cambiado desde entonces, ¿no es verdad?
Me dijeron que te habían visto en un callejón acariciando el cuello a otra chica. Mi mundo se derrumbó. Caí, procurando recoger todos los pedazos de mi cuerpo, mente y corazón. Se había destruido. La realidad había querido mostrármelo exactamente hoy. Y, ¿quién era yo? Una engañada más en brazos de otro con cuatro copas recorriendo mi sangre ya envenenada por aquellos besos tuyos.
Yo ya no era tuya, tú ya no eras mío. Lo teníamos que haber sabido antes, pero aún seguíamos engañados, negando lo innegable. Negando que mi tiempo ya no es tuyo. Negando que nuestros caminos nunca más se van a volver a juntar.

sábado, 24 de marzo de 2012

Retazos de un sueño

Y tiramos una moneda al agua. No está bien pedir deseos frente a un charco, pero si es contigo, olvido mis prejuicios y sonrío.
Está amaneciendo. Hemos pasado toda la noche juntos, tú a mi lado, yo a tu lado. Me has abrazado procurando que no tenga frío, has deshecho una y otra vez el nudo hemos formado con la manta. Y me has mirado intentando averiguar si es cierto esto que siento. Sobre unas cuantas piedras, de esas que adornan el suelo, hemos dormido a la luz de las estrellas. Has jugado con mi pelo queriendo no pensar. He tratado de alargar este momento sabiendo que no habrá más.
Es de día. Te levantas y doblas dos veces la manta color castaño. Desde arriba, me miras soñoliento y despistado. A veces me pareces preocupado. Te agarro la mano y te invito a parar el mundo, a tumbarme sobre tu pecho y que me hagas cosquillas aunque lo odie. Me dices que no, que es tarde y tienes que volver. Levanto la vista y te miro con cara triste, un día más se rompe este sueño.
Mientras caminamos de la mano, pensativos, tú miras hacia la izquierda y yo contemplo los árboles de la derecha. No entiendo por qué estás tan callado, a lo mejor he hecho algo mal. Llegamos al borde del precipicio, tú te sientas y me dices que yo también lo haga. El sol da de pleno en nuestras caras. Me miras y me colocas un mechón de pelo detrás de la oreja. Me susurras que me quieres mientras me dices que debemos despertarnos de este sueño.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Diario de una vida en Madrid. 14. Lluvia en mi ventana

Las gotas golpean insistentemente mi ventana, como si me llamaran. Significa tanto y es tan poco…

Oigo el tintinear de las campanas en frente de mi balcón. Pesadas, exactas, no fallan ni un solo día a las ocho de la mañana. Aún es pronto, he decidido levantarme pronto para observar la lluvia caer.

No tengo la esperanza de que llueva durante todo el día. Aquí la esperanza es efímera. Cuando crees que tienes algo…pasa rápido a tu lado, tan solo rozandote y te lamentas por lo que has podido tener y no tienes.

Se va encharcando el alféizar de mi ventana, color marfil. Gota tras gota, segundo tras segundo se amontonan.

Una de las gotas resbala sobre la pared, se consume poco a poco y se fusiona con la pintura caliza. Sola ante la inmensidad de los edificios que se alzan frente a mí.

Llueve insistentemente, hace cuatro horas que no para de llover. ¿Debo, entonces, confiar en que lloverá todo el día?

domingo, 18 de marzo de 2012

A vueltas con la vida

Creímos que todo era un sueño. Un imposible que no siempre existe.
Tarde tras tarde, convertir llantos en sonrisas y sonrisas en carcajadas.

Me enamoró tu mirada bohemia, tal vez. Tan solo yo, entre mil vidas, busqué y te encontré.
Perdón si no te supe ver antes, estando ciegos no encontramos lo que se encuentra delante de nosotros.
No trates de engañarme, te veo tras las sombras, tras la esquina cuando cruzas la calle y me quedo, sonriente, viendo cómo te alejas.

Te gusta verme llegar, sabes que nunca me voy a ir. Es por eso que camino despacio hacia ti. No importa cuánto tarde, me esperas sentado en el bordillo. Me sonríes y me besas, parece que te he visto ayer cuando,en realidad, hace días que no nos vemos. Te he echado de menos, la verdad, pero es algo que no te voy a decir, perderíamos toda esa magia.
Adoro tu caminar pausado, a vueltas con la vida, desenredando todos mis pensamientos y colocándolos en su sitio. ¿No te has dado cuenta aún? Leer tus ojos me inspira.

Cruzas la plaza a mi lado. Con las manos en los bolsillos, a veces, me miras. Pienso en todo el tiempo que he perdido buscando lo que ya había encontrado. Te sonrío, y ahora no escondes tu mirada.
Llevas esa camiseta blanca que tanto me gusta con esos pantalones negros que te sientan de maravilla. Intuyo que te has vestido así a propósito. ¡Qué cosas tienes! A mí siempre me vas a gustar de cualquier manera.

Decido que no tengo por qué tener miedo, así que te digo que todo está bien, que soy feliz si tú estás a mi lado.
Me hablas aceleradamente del mal tiempo que hace o qué tal en el trabajo. Historias que vienen y van. Tonterías que, al fin y al cabo, me hacen feliz cuando te escucho.
Si te soy sincera, en su momento tuve miedo, ahora estoy segura.

Siempre me lo repites: no es que no puedas vivir sin mí, es que no quieres. Te miro, ilusionada, y te abrazo hasta dejarte sin respirar. No te importa, te encanta que lo haga, como que te acaricie el pelo mientras me miras insistente pidiéndome que no me vaya.

miércoles, 7 de marzo de 2012

OnCeu 6: Una bomba mata a seis militares británicos en Afganistán

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En el año 2001, Estados Unidos fue víctima de uno de los atentados más sangrientos de la historia. El grupo talibán Al-Qaeda se declaró autor de la masacre en la que murieron cerca de 3000 personas y más del doble resultaron heridas.

En octubre de ese mismo año, Estados Unidos e Inglaterra decidían poner al frente a sus tropas para desarrollar una misión en el país afgano. Su objetivo principal era capturar a Osama Bin Laden y derrocar su régimen. La OTAN se propuso acabar con las fortificaciones talibanes y se puso al mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en 2003. Es una misión en la que desplegó a sus efectivos al sur de Afganistán. Actualmente, alrededor de 35000 soldados y 37 países participan en ella.

En la madrugada de este miércoles, una bomba caminera ha explotado al paso de un vehículo acorazado en Helmand. Se trata de cinco miembros del Tercer Batallón del Regimiento de Yorkshire y uno del Primer Batallón del Regimiento del Duque de Lancaster. Las bombas camineras son las más utilizadas junto con los ataques suicidas para hostigar a las fuerzas de seguridad. Desde que la operación comenzó en octubre de 2001, la cifra de soldados británicos fallecidos se eleva a 404. Está previsto que en 2014 termine la operación, por lo que desde julio se está reduciendo el número de militares en la zona.

Las familias de los fallecidos ya han sido informadas, según ha confirmado el ministro de Defensa británico, Philip Hammond. Además, ha expresado su conmoción por el ataque diciendo que "no conseguirán que fracase una misión cuyo fin es proteger la seguridad nacional". El trabajo que desempeña un militar corre ciertos riesgos que deben aceptar. Sin embargo, no debemos olvidar que ponen en peligro su vida para conseguir el mismo objetivo: lograr la paz. Por tanto, debemos valorar su trabajo y sacrificio.


http://www.onceu.es/actualidad/6194/Una-bomba-mata-a-seis-militares-brit%C3%A1nicos-en-Afganist%C3%A1n

sábado, 3 de marzo de 2012

Diario de una vida en Madrid. 13. Retiro espiritual (4)

Hay una barrera entre la tormenta y yo. Ya hay una barrera.

Hay dos tipos de tormenta. La primera es la de este mundo, la que arrastra la lluvia ácida, que moja la ropa. La segunda es la peor. Es aquella que empapa tu corazón, lo humedece y cualquier sentimiento resbala. Hace daño porque no vemos las gotas ni las nubes y, por tanto, no sabemos cómo secarnos de esta.

Creo que he encontrado el remedio. Está guardado en una pequeña bolsa en una caja en mi cabeza. Creo que es esta, ya que tiene un rótulo que pone: “Solo usar en caso de emergencia”. Sí, creo que lo mío es una gran emergencia. Una necesidad.

La he abierto y la he encontrado vacía. No lo entiendo. Intento seguir buscando en el cajón de mi cabeza. Hasta que me doy cuenta de que dentro de la bolsita hay una pequeña nota de papel. Desdoblo el trozo y leo: “Si te sientes perdido, si estás vacío, búscale. Está a tu lado, sentado en ese banco o a los pies de tu cama. Basta creer para ver”. He quedado impresionada. No sé a quién estoy buscando, pero yo no veo a nadie a mi lado.

He tenido un sueño. Una figura amiga me ha hablado diciéndome que Él es a quien busco. Cuando me he despertado, obviamente, ya no estaba. He tratado de vislumbrar a alguien en mi habitación y no lo he vislumbrado lo he visto. Era Él, mi fiel amigo y compañero en el camino. Le he visto. Porque es cierto, he creído y he visto.

Diario de una vida en Madrid. 12. Retiro espiritual (3)

Un día era sábado. Me desperté temprano dispuesta a trabajar. Sin embargo, me dí cuenta de que no sabía qué día era. Saqué mi estuche de maquillaje y rellené las ojeras con un poco de base y le di color a mis ojos.

Me dispuse en la mesa con el ordenador y la carpeta llena de trabajo. Era eternamente feliz con lo que hacía pero me faltaba algo. ¿Qué era ese algo?

Comenzó en mí una lucha interna. Se empezaron a agolpar piedras en mi corazón que cada vez pesaba más. Mis ojos no podían empañarse ya en lágrimas y solo tocaba seguir.

Así seguí una semana más. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes… Y la felicidad era la misma. Seguía haciendo lo que yo siempre había querido y donde había soñado. Estaba consiguiendo llegar al punto álgido. Pero me seguía faltando algo. Me asusté de mí misma, no me podía controlar. Ya no tenía sonrisa, ahora las ojeras y la cara de cansancio eran mis nuevas compañeras. No tenía sed de vida.

Se volvió todo tan rutinario que olvidé el punto de vista de mi existencia. Me perdí entre las historias de los demás a ver si conseguía olvidarme de las mías. Y así volver a ser yo misma. Nada.

Un día me levanté de la ama y vi que no podía seguir así, que algo tenía que cambiar. Me prometí buscar una solución a esto que llevaba acechándome desde hacía varios meses y ahora me había quitado la vida por completo. Busqué una solución en cuanto pude y la encontré.

Encontré relax en un edificio a veinte minutos de Madrid. Encontré amor con Él, nos reencontramos aunque yo sabía que no se había marchado nunca de mi lado. Lloré, sufrí. Y aún me estoy desintoxicando de esa ruda monotonía. Sólo sé algo: empiezo a encontrar ese algo, la chispa de la vida.

Diario de una vida en Madrid. 11. Retiro espiritual (2)

Un rayo de sol que ilumina mi vida. Siento calor. Me abraza y me da vida.

Silencio. Aire fresco, aire nuevo. Aire portado en pequeños frascos.

¿Qué es lo que soy y qué es lo que quiero ser?

Soy impaciente, orgullosa y hasta cabezota. El pasado está presente en mí constantemente. Me gusta querer ser mejor aunque llegue al punto de dolerme la cabeza.

Me encantan la Fanta de naranja y las mandarinas. Y un buen cielo nublado… Sin embargo, ahora está despejado, completamente despejado, pero no me importa. Me gusta porque es cuando sé que “tras la tormenta, llega la calma” y que “no hay que huir de la lluvia, sino saber bailar bajo ella”.

Soy egoísta con mi futuro y de nadie más. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer o que sepan más que yo. Pero me gusta aprender de los demás. Soy una eterna contradicción…

Quiero seguir teniendo mi vida y mis propias alas para desplegarlas cuando yo quiera. Quiero ser mejor persona y ayudar a los demás sin que me engañen. Quiero ser reportera de una guerra constante en mi vida… y ser mejor.

Quiero viajar, quiero seguir soñando y nunca crecer. Sacar de mí a la eterna adolescente que me impide ser mayor.

Quiero seguir creyendo eternamente en Él y no dejarle de lado… porque yo no sé dar de lado a los míos.

Quiero llegar a ser tan buena madre como la mía, tener mis principios y nunca moverlos.

Pero, sobre todo, quiero disfrutar de cada pequeño momento que ahor no tengo porque no soy consciente de ello.

Diario de una vida en Madrid. 10. Retiro espiritual (1)

Vine para olvidarme del mundo, pensar en mí. No sabía tan siquiera lo que quería, solo volver a ser yo.

Olvidar las carreras, las prisas, el agobio por pensar todo lo que me queda para hacer, los coches, la música, el trabajo… Era una forma en la que ya no podía ser yo.

Tenía ganas de llorar, de gritar, nadie me había enseñado que lo bueno es sacar todas esas piedras que hacen pesar a tu corazón.

Y, de repente, comprendí. Comprendí que hay cosas más importantes que lo superfluo. Que hay personas que dan la vida por nosotros y no sabemos comprenderlo.

Él me ha vuelto a salvar. Me ha vuelto a salvar de caer al precipicio sin salida, de ese rincón donde te chocas contra la pared y no puedes ver.

Hoy he visto la luz. He visto ese rayo de sol en la ventana apoyado en mi mano. Es la suya. No me aprieta ni me hace daño, solo me acaricia porque no me quiere dejar ir. Me dice que no me preocupe tanto por los demás o me volverá a pasar lo mismo que ayer. Que no me quiere ver triste porque tengo que luchar por lo que quiero y lo voy a conseguir. Y que todas las cosas pasan por alguna razón y Él es la razón.

Creo que es Él el que está escribiendo esto a través de mí. Yo estoy tranquila, ya no tengo miedo de tenerle a mi lado, aunque yo no le vea, Él siempre está conmigo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Diario de una vida en Madrid. 14. Lluvia en mi ventana

Las gotas golpean insistentemente mi ventana, como si me llamaran. Significa tanto y es tan poco…

Oigo el tintinear de las campanas en frente de mi balcón. Pesadas, exactas, no fallan ni un solo día a las ocho de la mañana. Aún es pronto, he decidido levantarme pronto para observar la lluvia caer.

No tengo la esperanza de que llueva durante todo el día. Aquí la esperanza es efímera. Cuando crees que tienes algo…pasa rápido a tu lado, tan solo rozandote y te lamentas por lo que has podido tener y no tienes.

Se va encharcando el alféizar de mi ventana, color marfil. Gota tras gota, segundo tras segundo se amontonan.

Una de las gotas resbala sobre la pared, se consume poco a poco y se fusiona con la pintura caliza. Sola ante la inmensidad de los edificios que se alzan frente a mí.

Llueve insistentemente, hace cuatro horas que no para de llover. ¿Debo, entonces, confiar en que lloverá todo el día?

Onceu 5:Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia para las víctimas

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La Real Casa de Correos de Madrid ha sido el lugar elegido para albergar el I Premio ''Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia''. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha sido la encargada de organizar el acto para conmemorar los treinta años de su fundación.

Los afectados por el terrorismo y sus familiares decidieron fundar en 1981 esta asociación que pretende auxiliar y apoyar a personas en su misma situación. Las víctimas de ETA, GRAPO, IRA y el terrorismo islámico ascienden a la escalofriante cifra de 1221. En la actualidad, más de 600 personas son asistidas por esta fundación.

Esperanza Aguirre ha entregado al Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el premio que ha sido otorgado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En representación, han acudido el director general de Policía así como el de la Guardia Civil y el director adjunto operativo.

La AVT ha aprovechado este acontecimiento para inaugurar la exposición ''Asociación de Víctimas del Terrorismo. 30 años con las víctimas''. En ella, podemos observar 53 imágenes que pertenecen a distintas portadas de medios en las que aparece la asociación.

Es una buena ocasión para concienciar a la sociedad de la labor tan importante que realiza esta asociación. A su vez, esto servirá como medio para que aquellas personas que deseen colaborar tengan la oportunidad de unirse.


(Con Maca)

jueves, 1 de marzo de 2012

OnCeu 4: La Ley Sinde-Wert abre un nuevo período en Internet

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Hace unas semanas, el FBI cerró páginas web como Megaupload. Ahora es el turno de las españolas, ya que la descarga ilegal de contenidos será desde hoy penalizada por la Ley.

Algunas, como seriesyonkis, ya se han adelantado y han eliminado muchos servidores de sus enlaces con el fin de evitar la catástrofe a los usuarios.

El Consejo de Ministros aprobó el 30 de diciembre de 2011 la actual Ley Sinde-Wert. Tiene este nombre porque han sido dos los ministros que la han puesto a punto. Ángeles González Sinde elaboró esta polémica ley en el anterior gobierno socialista. Sin embargo, ha sido el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert el que ha decidido ponerla en marcha.

El Real Decreto establece que los autores pueden denunciar a la Comisión de la Propiedad páginas que vulneren sus derechos o coloquen enlaces a otras webs de descarga. Una vez aceptado el trámite, se solicita al juez una petición de autorización. Esto sirve para identificar al responsable, que tiene 48 horas para presentar alegaciones o retirar contenidos.

Si los responsables reinciden, la Comisión cerrará la página durante un año para luego abrirla si cumplen la normativa. A lo largo del día de hoy se presentarán las primeras denuncias. El Ministerio de Cultura ha informado de que "no están previstas sanciones ni multas para los infractores".

Esto muestra las dos caras de la moneda: los autores y los internautas. Por un lado, los autores apoyan esta nueva medida del Gobierno ya que así protegen sus contenidos. Por el otro, los internautas ponen el grito en el cielo al reducirse las posibilidades de ver sus contenidos favoritos gratis.

http://www.onceu.es/tiempo-libre/6064/La-Ley-Sinde-Wert-abre-un-nuevo-per%C3%ADodo-en-Internet

lunes, 27 de febrero de 2012

OnCeu 3: Europa presiona más a Siria

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Las revueltas que comenzaron en los países árabes en enero del año pasado han llegado hasta Siria. Este país sufre uno de los momentos más críticos del régimen. Bachar al Asad, que lleva más de diez años en el poder, ve cómo la oposición pretende debilitar su mandato.

Desde que la revolución en el país sirio comenzase hace casi un año, las protestas de la oposición al régimen no han cesado.

Ayer, al menos 31 civiles y soldados sirios murieron durante la enésima matanza del régimen contra los opositores en Homs. Esto coincide con la votación de un referéndum que puede mantener al mandatario sirio en el poder hasta 2028.

Esta mañana, los veintisiete países que forman la Unión Europea han aprobado una serie de sanciones para que Al Asad detenga la represión y abandone el poder así como que no tenga ninguna vía de financiación.

Las medidas afectarán al régimen y Banco Central Sirio respecto a Europa. Consisten en la prohibición de la comercialización de metales preciosos y el veto de los vuelos de carga procedentes del país. Estos bloqueos no afectarán a los vuelos de pasajeros europeos que deseen salir del territorio. De hecho, España plantea cerrar su embajada en Damasco como símbolo de oposición al régimen y la violencia. Asimismo, el Gobierno investiga la manera de que el periodista español en Homs regrese a casa, antes de que la situación se complique aún más.

Los Veintisiete advierten de que esta serie de medidas que figuran entre las primeras, pero pueden no ser las últimas. Además, han comunicado queintentan que llegue ayuda humanitaria porque la Comisión Europea y varios estados han aumentado sus contribuciones. Plantean situar un corredor humanitario en puntos claves para que llegue más rápidamente la ayuda. Sin embargo, organizaciones no gubernamentales dudan de que sea efectivo.

http://www.onceu.es/actualidad/5985/Europa-presiona-m%C3%A1s-a-Siria

viernes, 24 de febrero de 2012

Diario de una vida en Madrid. 9. Cegada por la sombra

Y entre todas aquellas sombras, yo estaba escondida. No trataba de ver a oscuras, ya no podía salir.

Creímos que podíamos andar a tientas, mas la noche no me dejaba escapar. Cuando por fin vi la luz, mi cuerpo ya no reaccionaba. No se movía. No sentía. Creí perder todo en un momento. Mi mundo, mis pasos, mis anhelos… la vida.

Lo importante no era correr hacia el fuego, había que saber atravesarlo. Gritar, chillar… no poder más.

Creé una colonia que olía a recuerdos. Me empapé toda la camisa de ellos. Lloré hasta caer al suelo. Olí el perfume que tantas veces había embriagado mi memoria y perdí el conocimiento.

Cuando desperté, caminaba sobre nubes. Cada nube era una cara, una sonrisa, una fantasía. Pretendí tocarlas, pero rápidamente mis manos atravesaron el humo. Humo que se escapaba de mi poder, que ya no podía tocar.

Presentí que alguien más había a mi lado, pero estaba cegada por el miedo, que me impedía ver. A pesar de esto, afiné el oído y escuché. Escuché un susurro que hubiera sido imperceptible de no ser porque no podía ver, aunque vislumbraba pequeñas motas de polvo. Me asusté porque creí estar ciega, pero cuando me detuve y observé, pude ver que tan solo estaba metida en una noche oscura. La noche oscura de mi alma que no podía ver si no me detenía, primero, a escuchar.

OnCeu 2: Una exposición que deberías visitar

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Se está acercando el momento. Las calles y balcones de Andalucía se preparan para la llegada de una de las épocas más importantes en la región: la Semana Santa. En especial, Sevilla aguarda impaciente la llegada de los pasos, nazarenos y hermandades que, un año más, la harán emblemática.

Las peinetas y mantillas desean brillar en las calles al compás de las saetas y ante la mirada de miles de espectadores. Algunos de estos aspectos están recogidos en el libro 100 fotografías que deberías conocer. Este reúne las imágenes tomadas desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.

Se exponen del 23 de febrero hasta el 3 de abril en la galería del Antiquarium de Sevilla. Marcos Fernández junto con Elena Hormigo e Inmaculada Molina son los responsables de la recopilación de las cien imágenes.

Para ello, se han servido de las contribuciones que han hecho la Fototeca Municipal de Sevilla (aportando más de la mitad de las fotografías), la Biblioteca Nacional de Francia y los Fondos Fotográficos de la Universidad de Navarra. Otras han sido aportadas por los propios autores o por sus herederos.

La colección incluye las primeras fotografías de reporteros locales asimismo como las que empezaron a promocionar la ciudad en 1934. Es una buena oportunidad para conocer la Sevilla ya desaparecida y la intacta, además de los aspectos populares y del sentir del pueblo.


http://www.onceu.es/tiempo-libre/5960/Una-exposici%C3%B3n-que-deber%C3%ADas-visitar
(Con Maca)

jueves, 23 de febrero de 2012

OnCeu 1: Nueva aplicación de Apple para ver la televisión en Iphone y Ipad

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Hace algunos años era una utopía pensar en todas las innovaciones tecnológicas con las que contamos ahora. También lo era el poder ver la televisión en cualquier momento y lugar: en el metro, en la peluquería o incluso en la consulta del dentista a cualquier hora del día. Eso ya es una realidad. En pocas palabras te contamos cómo funciona.

Ya es posible ver una gran mayoría de canales de televisión en directo desde nuestro Iphone o Ipad. Gracias a la nueva aplicación que Apple ha desarrollado para España podemos ver los canales nacionales e incluso locales, autonómicos e internacionales. Algunos son Antena 3, Cuatro, Ceuta TV, Canal Sur, MTV o Kiss TV.

Además, el programa cuenta con otras características de Mac. Entre ellas se encuentra la función multipantalla, que permite visualizar varios canales a la vez o marcarlos como favoritos. Asimismo, dispone del soporte Airplay que se emplea para enviar vídeos mediante Wi-Fi. Otra de las ventajas que añade es poder retroceder en la emisión.

Apple ofrece este servicio a un precio de 2'39€, aunque existe una opción ajena a la empresa que es gratuita. La alternativa consiste en una página web, Iplustv.es, que ofrece los mismos servicios que la aplicación pero online.

Como podemos comprobar, cada vez tenemos a nuestro alcance más aplicaciones o programas. Nos permiten estar al tanto de toda la información siempre que queramos o ver nuestras series favoritas. Os invitamos a que probéis esta aplicación porque seguro que os encantará


http://www.onceu.es/actualidad/5932/Nueva-aplicaci%C3%B3n-de-Apple-para-ver-la-televisi%C3%B3n-en-Iphone-y-Ipad

(Con Maca)

sábado, 28 de enero de 2012

A veces debemos ser valientes cuando la cobardía nos ataca por la espalda.

martes, 24 de enero de 2012

Diario de una vida en Madrid. 8. Ceniza en mi habitación

Prendo el mechero. Lentamente la llama se eleva. El gas azul butano enciende mi cigarro.

Doy una calada al Marlboro que estaba escondido en el cajón. Inhalo todo el humo que va llenando por completo mi habitación.

Observo el cigarrillo. Lentamente se consume, poco a poco se termina.

Me recuerda a la vida. Una vaga llama que enciende nuestro ser para que comience a vivir. Pero irrespetuosamente, tras cada calada, se va consumiendo. Tratas de dar caladas más lentas, más profundas, que alarguen los momentos en los que tu cuerpo asimila las nuevas situaciones.

Tras una, llega otra, y así constantemente. Y llega un momento en el que la llama de tu cigarro se apaga para convertirse en colilla. Toda la ceniza esparcida en el cenicero son retazos, recuerdos de un cigarrillo más, de otro más que ha contribuido a hacer todo más intenso.

La vida es eso. Está llena de momentos en los que debemos darle una calada intensa a nuestro papel con tabaco, aprovechar la nicotina que lentamente se funde en nuestro cuerpo. Ese placer intenso de vivir, calada por calada, cada momento.

Con la gran diferencia de que una vida no se puede suplir con otro cigarrillo más.

jueves, 5 de enero de 2012

Hay muchos tipos de amor

Dicen que no es fácil sobrevivir a un amor que te ha marcado durante un tiempo. Lo confirmo y no lo desmiento.
Si se ha acabado tiene sus razones. ''Dos no pelean si uno no quiere'' o, en este caso ''dos no luchan si uno no quiere''.
De luchar se trata, de luchar y seguir adelante o salir a flote.

El problema que tenemos lo seres humanos es que, de tanto amor que podemos dar, podemos llegar a ser demasiado pasionales. Yo lo soy.
Entregarse al cien por cien, no esperando nada a cambio. Ese es el verdadero amor. Que algunas veces resulta no ser correspondido. Ese ya no es mi caso.
El amor se acaba, se esfuma o se corta de raíz porque ya no se puede respirar por culpa de tanta presión. Ese último es mi caso.

Pero no hablamos de mi caso, o de mucho suponer.
El verdadero amor no es el que refleja el sexo opuesto, ese que te mima, te besa, te dice cada día ''te quiero'', te hace intensamente el amor, se mira en tus ojos, te entiende...

Hay muchos tipos de amor. Está claro que ese es uno de ellos.
Pero hay formas diferentes de amar y ser amado.
Buscar en lo más normal algo que lo diferencie de lo demás.
Pequeñas sorpresas que abren un mundo, que ilusionan. Quizá no es para esa otra persona, quizá es para tu hermano, tu madre o, hasta tu perro. No importa. Hay muchos tipos de amor.
Sin embargo, siempre incidimos en lo superfluo. Alguien puede no tener pareja pero sentirse íntegramente correspondido con el amor que siente hacia su mejor amigo. No es necesario convivir con alguien para obtener eso que algunos llamamos felicidad.

La felicidad se esconde debajo de las piedras, o eso creemos. En verdad, la felicidad siempre ha estado ahí, no se escapa de nuestro lado, simplemente hay que saber verla.
De los errores se aprende. No es otro dicho, es otra gran y cierta verdad. Si erraste, ya llegará otra oportunidad para que, esta vez, no yerres.
Porque no siempre es dar y dar y dar y dar... También es recibir.
Algunos piden muy poco, a lo mejor una mirada, a lo mejor una caricia. Muy poco. Algo que está al alcance de todos y el dinero no puede comprar.
Qué fácil resulta a veces hablar, tan solo palabras. Pero todo hay que demostrarlo con gestos, con símbolos que se materialicen en señales.

No es más verdadero el amor que sentimos hacia nuestra pareja que el amor que sienta el otro por su amiga. Simplemente son distintas maneras de amar. Distintas formas de encarnar el verbo amar.
Es necesario amar... y ser amado. Ser amado y amar. Ambos términos van unidos, de la mano. En el momento en el que falta uno, se va apagando esa pequeña llama de la felicidad. Pero, resulta que la felicidad es como un ave fénix, vuelve a resurgir de sus cenizas. Y eso es lo que los seres humanos no apreciamos. La felicidad de las pequeñas cosas. La felicidad que se esconde hasta en lo más ínfimo.
Felicidad y amor, amor y felicidad. Ambos términos son sumatorios. Sin ellos, una parte de nuestro ser pierde su sentido. Porque nuestro ser está compuesto de eso. El ser humano, sin eso, no es humano, es tan solo ser.

Pues eso, que hay muchos tipos de amor.