domingo, 5 de diciembre de 2010

24 horas

Si pudiera recoger , guardar cada recuerdo, cada instante que pasamos juntos.. Serían muchos. Muchos.

No me apetece hablar, pero tampoco callar. Recuerdos que se agolpan precipitadamente sobre mi cabeza. Él me quiso, a veces yo también le quise.
Estrepitosas ganas de llorar, de gritar, de decirle alguna tontería, pero que me calme como tantas veces lo ha hecho.
Pero sólo son horas. 24 horas en las que todo cambia, en las que los sentimientos se vuelven bipolares.


-¿No me vas a ayudar con ésto? ... ¿Que tampoco me vas a mirar a la cara? Lucas, esto es ridículo.
-¿El qué es ridículo?
-Pues que hagamos como si no nos conociésemos de nada. Que pareces el vecino de enfrente.
-Es que soy el vecino de enfrente.
-No, Lucas. Vale que ya no seamos novios, pero podemos seguir siendo amigos.
-Yo no puedo ser tu amigo. No me sale.
-¿Pero cómo que no te sale, Lucas? Si siempre hemos sido amigos. Primero amigos, luego novios, y ahora...
-Ahora nada.
-¿Me estás diciendo que ya no soy nada para tí?
-Sí, eres la hija de mi mejor amigo. Nada más. Punto.


¿Por qué todo se puede complicar tanto hasta llegar al punto en el que nada te importa, en el que por una mínima ilusión que te haces, todo se acaba destruyendo? No lo sé, y no lo sabré nunca porque nunca me lo dirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario