miércoles, 6 de abril de 2011

Cuatro.

Hace sol. La calle está tranquila.
Doblas la esquina. Me besas.
Hace ya tiempo que no te veo, los sentimientos afloran y reímos.
Una sonrisa alegra mi cara.
Me miras, sorprendido, anonadado y aún eres más feliz cuando de mi boca sale una sonora carcajada.
Te sientas en un banco y me invitas a que yo también lo haga.
Blanco, calado y de madera. Luce esplendoroso.
Sobre tu piel dibujo con caricias atisbo de felicidad que me envuelven en ti.
Un rayo de sol se refleja en tu cara.
Qué guapo estás, tenía ganas de verte.
'¿Por qué sonríes?', me preguntas. Sigo sonriendo, esta vez un poco más.
Te miro, me veo en tus ojos, sinceros, que apaciguan y me aman.
'Soy feliz', acierto a contestar.
Sonríes y miras hacia el horizonte, pensando tal vez. Dónde estarán aquellos lejanos miedos... pues nos queremos y ya no importa más.

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