lunes, 11 de abril de 2011

Febrero.

Me he pasado toda la vida engañada, respirando sangre por los cuatro costados.
Y ahora que ya he crecido, he descubierto que todo era mentira, que era una trampa, que yo no era lo peor porque había otras y yo de las mejores.
¡Y cuánto duele! ¡Y cuánto daño hace! Y aún sigo oyendo palabras menores en esta casa.
Pero ¿ahora qué más da? Si antes te han engañado... ¿por qué ahora no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario