domingo, 7 de noviembre de 2010

A ti. No pido nada más.


A quien quiero abrazar todas las mañanas. Quien conoce cada parte, cada secreto de mí. Quien me espera al otro lado del teléfono y siempre insiste. Quien me regala la vida con sólo un beso y me la roba cada vez que da la vuelta a esa esquina.
Quien está pendiente de mí y a la vez le desinteresa lo supérfluo. A quien necesito a cada instante acariciándome la cara.
Jamás permitiría que te hicieran daño. Yo sería tu barrera, tu escudo para protegerte.

Busco en otros chicos aquello que tú tienes, pero ninguno me lo puede ofrecer de la manera en que lo haces tú.
Lo bonito es aquello que no cuentan las palabras, y lo mágico es todo lo que lo demás no pueden ver.

¡Qué poco faltó! Ya casi podia tocar sus manos y, de pronto... se esfumó.

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