lunes, 15 de noviembre de 2010

Recuerdos como pensamientos


De repente, te ves a ti misma años atrás. Hace muchos años. Todavía conservabas esa inocencia, esa sonrisa constante que sólo te hacia pensar en lo difícil que era aprenderse las tablas de multiplicar. Aquella habitación rosa de princesa que adornaron tus padres hasta el último detalle. De una mesa llena de abuelos y familia que se reunía sólo y exclusivamente para dar las gracias de que cumplieras años. O de miles de mañanas en el parque intentando conseguir que tus abuelos te acompañaran a comprar golosinas. Las tardes de domingo en las que ibas a casa de tu abuelita, el uniforme del colegio que querías hacer a tu medida, soñar con ser cantante y tener más bolis de colores que nadie en tu clase.
Eso, al fin y al cabo son recuerdos.

Pero, de pronto te ves inmersa en un mundo mucho más complejo. En un mundo en el que sólo caben palabras de rencor, recordándote lo que haces mal. La sonrisa borrada de el rostro de tus padres, las arrugas empezando a florecer. Ahora los problemas ya no son de matemáticas, son sobre la vida, que tantas cosas te quita y no te vuelve a dar. Tus abuelos ahora son dos y tu familia ya no existe como unidad.
Ahora tratas de encontrar tu lugar en una sociedad tan cambiante, donde cada paso que des, se verá repercutido.
Eso, ahora es el día a día y un futuro menos claro.

¡Cuánto hubiera dado por quedarme en la cama con 7 años abrazada a un peluche que, un día, un tío me regaló! O por pasarme cada tarde cantando y bailando imaginando que era la mejor.
No son tantos los años pasados, pero si el cambio.
Cambio involuntario y fortuito, que atiende a las consecuencias.
Cambio, al final del todo, la vida sólo es cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario