lunes, 17 de mayo de 2010

Entonces me doy cuenta de que no se ha ido


Cada vez que me hablan de él me pongo nerviosa, quiero saber qué tal le va y también si me ha nombrado, si piensa en mi.
Luego me detengo y lo pienso, y cuando creo que puede decir algo malo, me doy cuenta de que ya lo ha dicho todo y no existen palabras.
Me paro y se me corta la respiración. Me cuesta respirar. Y he llegado a pensar que le he olvidado, y momentos como este son los que me dicen que no, que sigue dentro de mi.
Y sigo sin encontrarle una explicación que me diga por qué después de tanto tiempo, de tantos años, de tantos minutos desgastados en silencio, sigo así. Y no existe ninguna que aclare que cada vez que le veo vuelvo a quedarme como una tonta mirándole, buscando cualquier gesto que, por mínimo que sea, me dice que no se ha olvidado de mi. Pero entonces le pierdo entre las sombras, no encuentro una respuesta. Me siento. Y espero. Y es algo cíclico que pasa cada vez que le veo, cada vez que le pienso. Cada vez que en mis sueños aparece. Y sus manos siguen abrazadas a mi cintura como ese símbolo que no se quiere separar nunca de mi. Y entonces despierto. Y entonces me doy cuenta de que es un sueño, de que sólo estaba soñando y él no está a mi lado... Y vuelta a empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario